jueves, 30 de abril de 2009


NO CONOCÍA LA POBREZA


Conocía la humildad y la pobreza... la pobreza en realidad no sabía cómo era.
Las mañanas con sus soles, los pájaros con sus cantos, las voces armoniosas y dulces, la escuela con sus reglas, los juegos en la puerta con otros chicos, la plaza, la calesita, el mandado cotidiano al almacén por pan, yerba y azúcar. También tenía zapatos y pollera con tablitas y el chocolate por las noches y las caricias de la mami y los abrazos del papi, en las tardecitas, allí cerquita de Merlo, pegados a las sierras y el lago, debajo de un árbol, el que escuchaba todo lo que se decía y suerte que no hablaba.
Sabía de la presenciá mágica infaltable de los 6 de enero, los cumpleaños en primavera.
No conocía la pobreza. ¿Qué faltaba a su vida?
También habían la ineludible iglesia, la inevitable municipalidad y el tan necesario correo, todo frente a la plaza, grande, rodeada de casas bajas, chatas, con alambrado al frente y muchas plantas ¿qué le faltaba?
No conocía el amor. Y llegó. Cuando menos lo esperaba, en el baile dominguero al que por primera vez iría – eso no es para las chicas buenas, le dijeron. Y la chica buena quería ser un poco mala. Por ejemplo, ponerse un vaquero, un collar y más que nada, aros. ¡Aros! Aros de esos con argollas. Y pidió el permiso y fue. Al baile con vaquero, prestado por la mala prima Eugenia que trajo en el paquete collar y aros.
Y la noche se le hizo fiesta aunque no bailó. ¡Quien iba a sacarla a bailar, aunque las tabas se le movían solitas, si se escondió detrás de una columna para que no la vieran!
La mala prima Eugenia, entre gallos y media noche consiguió otro permiso.
Y esta vez detrás de la columna, lo vio. Era alto, con pantalones marrones y camisa celeste (mirá que ponerse camisa celeste, tan llamativa) y encima debía ser de uno más chico que él porque su pecho tendía a salirse a través de ella. Daba la impresión de ser Trazán, el de las revistas de su hermanito.
Era bastante morocho y en la muñeca izquierda tenía la marca blanca de un reloj pulsera. No parecía del pueblo. No era del pueblo. Era un “tostado por el sol”. Seguro que era un porteño.
Y ése la sacó a bailar en cuanto asomó su cabeza detrás de la columna. De entrada se enredó en sus pies y él la tuvo que sostener para que no se cayera, muerto de risa.
Y él la llevó a su casa escapando de la mala prima Eugenia
Y él le dio su primer beso.

lunes, 20 de abril de 2009







EVELYN
Impecable su sonrisa clara de dientes parejos alineados como en la escuela. Dientes blanco cual la leche blanca. Dos trenzas cobre hasta el hombro terminadas con banditas elásticas, de un pelo cortado al medio, le dan a su cara la ternura e inocencia.propia de la edad. ¿Cuántos años tendrá ya? 9. Nueve creo. Desde hace casi tantos que toca el timbre de mi casa, por curitas, ballerina, virulana.
Hoy la recibo con mi sonrisa y ella me da su cara temerosa de siempre.
No tengo dinero. Pero entro rápido a buscar un vestido que hice para mi nieta y que a ella le queda grande. Es una copia fiel de “uno de“marca”. No sé cómo me salió tan igual.
La hago pasar. En la bolsa de papel con un moño de regalo, agrego dos prendas más, una pollerita a cuadros y un stapler blanco, muy moderno.
Le muestro como al descuido mientras le pregunto si tendrá algún cumpleañps el próximo sábado. No desprende su mirada del vestido. No articula palabra, hasta un sí, cumple mi hermano.
Vuelvo a dejarla en el vestíbulo y traigo un pantalón olvidado por mi nieto.
Nos despedimos con un beso
Ayer pasó una nena que dijo ser hermanita de Evelyn, mi asidua vsitante desde bebé. Me cuenta que está internada en un hospital del cono urbano.. No sabe indicarme cuál. Le indago a la madre que la acompaña.
Hoy llego al hospital fuera de la hora de la visita. No está Evelyn. No está para nunca más.
¿Cómo haré para olvidar sus dientes blancos como la leche y sus trenzas terminadas en una bandita elástica?.

sábado, 18 de abril de 2009


¿VOLVÉS?
Tendrá cinco años.
¿Volvés esta noche?
Te espero, no tardés. Está oscura la noche.
Acá sigo solo. Tengo miedo.
El techo de chapa da frío…
Papá no volvió.


En un soplo de aire fresco


Esbelta, atildada, enjoyada, aséptica, discurre.
Es innegable este pasar y pasar y querer pertenecer al mundo, al éter, a las gentes, al común. Como es imposible integrarse a los sueños. Los sueños. Devaneos de esta loca ambición de ser, en el estasis en que todo se detiene, nada se mueve. ¿Ha desaparecido o quizás muerto la vida?
Un mínimo destello con forma de mariposa, transaparente, en vuelo impecable se posa en un color que oh! maravilla, es una flor ¿Es una flor? ¿había alguna vez en sus desatinos permitirse descubrir una flor? Y revela que las flores existen y los pájaros emiten incomparables cantos y un pino muy alto busca una nube perdida.
Levanta los ojos cegados por la luz atrevida que pese a su osadía entibia su cuerpo y en medio del silencio en que acostumbra refugiarse, voces púberes se acercan en canturreo como sonsonete, el rugido de un motor atruena, una moto en su desenfreno cruza la calzada y un hombre barbudo, mal trajeado empuja un carromato en ambición de ser carro y la esbelta, atildada, enjoyada, aséptica damisela, despierta a la vida.

miércoles, 8 de abril de 2009



LA CHALINA DE ISADORA


Cuello inquieto

envuelto en seda

quédate, no te muevas.

¿No ves que la anilla

pretende lastimarte?

¿No ves que el aura cruel

aprieta más y más?

Cuello tierno

has sido herido,

tela vil

dañaste a la dueña del espacio

de alas en los pies.