La figura salió del naipe y se sentó junto a mí.
Se apeó del caballo espada en alto.
Había adivinado mi tristeza y me ofreció su amor.
Harta de amores que se fueron acepté el suyo.
Entre terciopelos y rasos de sus ropas vivo un nuevo amor.
La realidad supera los sueños. En tanto la realidad que me rodea, me absorbe y en bastante medida sufro por ello.¡ Gracias a mis visitantes!
me gustó!
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